9.27.2009

Scones


Los scones (o "escones") me encantan por varias razones: son fáciles de hacer, son blanditos, son ricos, pero lo mejor de los scones es que me recuerdan a mi mamá, a mi casa de antes y a las meriendas al llegar del colegio.

Los scones (del inglés scone) son originarios de Escocia y hoy son muy  populares en Reino Unido, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda y Canadá. Los hay dulces y salados, con o sin relleno, redondos, cuadrados, etc. Originalmente eran redondos y chatos, y se cortaban en triángulos para ser servidos en porciones, pero luego cuando el uso del polvo de hornear se popularizó, los scones empezaron a ser altos y aireados como los conocemos hoy en día. En Uruguay los hacemos redondos, salados y sin relleno.

Hay muchísimas recetas de scones pero ésta es la que a mi más me gusta, desde que la tengo no probé otra porque sinceramente quedan perfectos. El secreto está en hacer con las manos una arenilla con los ingredientes secos y la manteca, antes de agregar la leche; y en cortarlos medios altos.


Ingredientes:
1 taza (200 gr.) de manteca
4 tazas de harina
1 cdita. de sal
4 cditas. de polvo de hornear
1 y 1/2 taza de leche
1 yema

Procedimiento:
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Mezclar en un recipiente los ingredientes secos junto con la manteca, y deshacer con las manos, formando una especie de arenilla.
- Calentar la leche y agregarla, mezclando todo con las manos. Tiene que quedar una masa blanda y fácil de trabajar.
- Estirar la masa de 2,5 - 3 cm de alto y cortar scones con un molde redondo, no muy grande. Ponerlos sobre una placa enmantecada, cerca unos de otros.
- Batir con tenedor una yema con un chorrito de agua (esto hace que la parte pintada con huevo no quede tan oscura) y pintar con pincel la parte de arriba de los scones. Hornear hasta que estén un poco doraditos (10-15 minutos apróx.).
- Comerlos calentitos o fríos, con manteca, mermelada, dulce de leche, manteca con azúcar, jamón y queso, etc, etc...
- Una vez fríos se pueden congelar y cuando los quieran comer solo hay que sacarlos a temperatura ambiente y esperar (cuando no se van a comer enseguida); o ponerlos en horno previamente calentado, un ratito (para esto conviene congelarlos medios blanquitos).

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9.27.2009

Scones


Los scones (o "escones") me encantan por varias razones: son fáciles de hacer, son blanditos, son ricos, pero lo mejor de los scones es que me recuerdan a mi mamá, a mi casa de antes y a las meriendas al llegar del colegio.

Los scones (del inglés scone) son originarios de Escocia y hoy son muy  populares en Reino Unido, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda y Canadá. Los hay dulces y salados, con o sin relleno, redondos, cuadrados, etc. Originalmente eran redondos y chatos, y se cortaban en triángulos para ser servidos en porciones, pero luego cuando el uso del polvo de hornear se popularizó, los scones empezaron a ser altos y aireados como los conocemos hoy en día. En Uruguay los hacemos redondos, salados y sin relleno.

Hay muchísimas recetas de scones pero ésta es la que a mi más me gusta, desde que la tengo no probé otra porque sinceramente quedan perfectos. El secreto está en hacer con las manos una arenilla con los ingredientes secos y la manteca, antes de agregar la leche; y en cortarlos medios altos.


Ingredientes:
1 taza (200 gr.) de manteca
4 tazas de harina
1 cdita. de sal
4 cditas. de polvo de hornear
1 y 1/2 taza de leche
1 yema

Procedimiento:
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Mezclar en un recipiente los ingredientes secos junto con la manteca, y deshacer con las manos, formando una especie de arenilla.
- Calentar la leche y agregarla, mezclando todo con las manos. Tiene que quedar una masa blanda y fácil de trabajar.
- Estirar la masa de 2,5 - 3 cm de alto y cortar scones con un molde redondo, no muy grande. Ponerlos sobre una placa enmantecada, cerca unos de otros.
- Batir con tenedor una yema con un chorrito de agua (esto hace que la parte pintada con huevo no quede tan oscura) y pintar con pincel la parte de arriba de los scones. Hornear hasta que estén un poco doraditos (10-15 minutos apróx.).
- Comerlos calentitos o fríos, con manteca, mermelada, dulce de leche, manteca con azúcar, jamón y queso, etc, etc...
- Una vez fríos se pueden congelar y cuando los quieran comer solo hay que sacarlos a temperatura ambiente y esperar (cuando no se van a comer enseguida); o ponerlos en horno previamente calentado, un ratito (para esto conviene congelarlos medios blanquitos).

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